17 de noviembre de 2014

Envoltorio



Un cuerpo, ese mismo o el tuyo que conoces por extensión o por ser el que te representa. Un cuerpo que varía y evoluciona: cada día es más de tu pertenencia. Ese cuerpo al que debes quién eres. Conecta tus pulsiones y tus pareceres. Una retaila de músculos, órganos y estructura osea que bombea sangre y fluidos y enfermedades. Esta especie de templo o refugio. El lugar al que vuelves y del que nunca saliste. Le debes tu vida y de algún modo debes aprender a quererlo y respetarlo. Pues es de esta relación y casi de ninguna otra de donde podrás emprender el eterno viaje al exterior. Donde lo de fuera habrá de tratarte como tú mismo lo hagas contigo. Por eso un cuerpo es siempre tantas cosas como uno mismo es. Pequeño universo envuelto de carne y que explica a base de crecer y desarrollarse algún punto de esta siempre difícil y fascinante tarea que es la vida. Porque un cuerpo aislado no existe o envejece más rápido que la mayoría. Porque somos fibra y huesos pero nunca aislados.