1 de noviembre de 2010

Cuidado con lo que escribes (parte 1)

Mis cuadernos son mi vida. Nunca he querido tanto a algo material como a ellos. Son mi pequeño legado: un ejercicio sincero y personal donde mostrarme al mundo y a la vez esconderme de él. MADRID febrero 2010.

Día 6 de Mayo del 2010
Hoy ha sido un día loco. De esos con mucha información aún por asimilar. Hemos estado en el cumpleaños de papá y nos ha invitado a una comida familiar. Estaba muy contento por el libro de novela negra que le regalamos. Hemos ido al Montero de Cazorla que es un gran sitio sin duda. Está por la zona del Carmen y tiene una cocina estupenda con precios muy ajustados.
Después he estado en Tribunal donde he quedado con Eduardo y Marta además de unos nuevos amigos del trabajo de ella. Hacía tiempo que no los veía: en realidad fue Marta quién me llamó y claro, tampoco me podía negar a ir. Se supone que entre nosotras todo está bien. Pero es que ha sido llegar a la Taberna y ahí estaban tan pegajosos como siempre. Y esa sonrisa que tiene Eduardo ¡joder! No puede ser que me ponga tanto. Me he dedicado ha hablar con todos los amigos de Marta para evitar una conversación con ellos. Sé que ella me ha visto rara ¿Pero qué puedo hacer? Me he acordado tantas veces de aquel día…no digo que me arrepienta de haberme acostado con él. Me encantó que me la metiera pero desde entonces no soy capaz de estar bien a su lado. Si ella estuviera en mí cabeza por un momento entendería el por qué de mí distanciamiento. ¡Menudo marrón! Es mi amiga y yo me siento muy violenta con todo esto. En fin, que me he hinchado a cañas y cubatas. Justo antes de echarlo todo a perder me he largado. Es que verlos no me hace ningún bien. :( No hay nada como cobijarse en el calor de las hojas en blanco. Por suerte un diario nunca te va a juzgar.

- Pero mira quién está aquí. –Sonríe Samuel.
-Hola Samuel. Cuanto tiempo sin vernos ¿Quieres un poco de mí cubata?
-Nunca me hubiera imaginado encontrarte en este bar. Ponme un gin tonic y lo que este tomando la señorita. –Le dice levantando el brazo al camarero.
-¿Cómo va todo? Te veo tan guapa como siempre aunque nunca te hubiera imaginado sola un sábado en la noche.
-Esta siendo una noche rara Samuel. Espero que no me hagas entrar en detalles.
-Bueno pues entonces dime: ¿qué tal la familia?

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